Los océanos, campo de batalla por el control de recursos y la interrupción de las comunicaciones
En septiembre de 2022, la isla de Bornholm, en la zona económica exclusiva de Suecia y Dinamarca, se convirtió en el epicentro de un acto de sabotaje sin precedentes. Explosiones frente a sus costas sacudieron las tranquilas aguas del Mar Báltico, poniendo de manifiesto una amenaza latente y creciente: la guerra submarina. Este acto de violencia no es un hecho aislado, ya que en el pasado se han registrado sabotajes contra cables submarinos y líneas de comunicación. El dominio submarino se ha convertido en un nuevo campo de batalla donde se libra una lucha por el control de recursos y el poder geopolítico. Para comprender la importancia y las implicaciones de esta guerra clandestina, es necesario analizar los antecedentes históricos y examinar la complejidad de este entorno submarino.
El escenario de la guerra submarina
Desde la instalación de dispositivos de escucha en cables submarinos en el Mar de Ojotsk en 1971 hasta los recientes actos de sabotaje en Bornholm, los océanos han sido testigos de una serie de incidentes que revelan la creciente importancia de la guerra submarina. Los fondos marinos albergan importantes recursos energéticos y minerales, como nódulos de manganeso, yacimientos de tierras raras y reservas de hidrocarburos. Estos recursos han despertado el interés de las naciones, que buscan garantizar su acceso y aprovechar su explotación económica.
En el Mediterráneo, en particular, se encuentran infraestructuras críticas y valiosos yacimientos minerales que hacen de esta región un objetivo estratégico en esta guerra submarina. Italia, consciente de esta realidad, ha elaborado el Plan del Mar en julio de 2023 para abordar la importancia de la dimensión submarina y proteger sus intereses en este nuevo campo de batalla.
El desafío del dominio submarino
El entorno submarino presenta desafíos y oportunidades únicas en términos de tecnología y recursos. La dureza y complejidad de las condiciones físicas hacen del dominio submarino un territorio diferente de cualquier otro. Esta realidad ha impulsado la necesidad de definir la guerra submarina y comprender sus implicaciones.
El experto en defensa y geopolítica Paolo Mauri ha señalado que la guerra submarina involucra no solo las disputas territoriales y la búsqueda de recursos, sino también la interrupción de las comunicaciones y la vulnerabilidad de las infraestructuras submarinas. Los actos de sabotaje contra cables submarinos y líneas de comunicación demuestran la fragilidad de este sistema crucial para la interconexión global y la transferencia de información.
Para abordar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece el dominio submarino, es fundamental definir y comprender las condiciones físicas y geopolíticas de esta guerra encubierta.
«La guerra submarina no es solo una lucha por recursos, sino también por el control político y estratégico», advierte Paolo Mauri
Paolo Mauri, un reconocido experto en defensa y geopolítica, ha enfatizado que la guerra submarina no se limita a la búsqueda de nuevos recursos, sino que también es una lucha por el poder político y estratégico en el escenario global. En este contexto, la interferencia y destrucción de las infraestructuras submarinas se convierten en tácticas clave para lograr ventajas y controlar el flujo de información.
Mauri destaca la necesidad de desarrollar estrategias y tecnologías avanzadas para proteger las infraestructuras submarinas críticas y garantizar la seguridad en los océanos. La cooperación internacional y la diplomacia también desempeñan un papel crucial en la prevención de conflictos y la promoción de una regulación adecuada en este nuevo campo de batalla.