La fragata británica Tipo 23 HMS Voltereta ha sido equipada con el nuevo armamento de misiles de crucero antibuque Naval Strike Missile (NSM). El cambio de armamento es parte de los esfuerzos de modernización de la Royal Navy para mejorar su capacidad de defensa. El NSM ofrece una mayor precisión y alcance en comparación con los antiguos misiles Harpoon, lo que lo convierte en un valioso activo para las operaciones navales de la Royal Navy. La modernización de los misiles es una respuesta directa a los ataques cada vez más sofisticados en Oriente Medio y destaca la importancia de contar con sistemas de misiles más modernos y eficientes. La Royal Navy tiene planes de retirar las fragatas Tipo 23 y reemplazarlas con nuevos buques de guerra Tipo 26 y Tipo 31, lo que demuestra su compromiso de mantenerse a la vanguardia de la tecnología militar y garantizar la seguridad marítima del Reino Unido y sus aliados.
La fragata Tipo 23 regresaba de una base naval en Noruega donde se cargaron los misiles en el barco.
El HMS Voltereta ahora cuenta con dos lanzadores NSM de cuatro rondas en la misma ubicación que los antiguos lanzadores Harpoon. Los misiles NSM utilizan un sistema de navegación inercial asistido por GPS y un buscador de imágenes infrarrojas en la fase terminal del vuelo, lo que permite una mayor precisión en los ataques. Además, el NSM ofrece una capacidad secundaria de ataque terrestre contra coordenadas fijas del objetivo, lo cual es una ventaja estratégica.
Comparado con los antiguos misiles Harpoon, el NSM tiene un diseño más sigiloso y un alcance máximo declarado más largo. Además, el NSM es menos susceptible a interferencias y contramedidas que los Harpoon, lo que lo convierte en una opción más eficiente y efectiva para las operaciones navales.
El HMS Voltereta conserva el resto de su armamento existente, que incluye un cañón naval de 4,5 pulgadas, cañones automáticos de 30 mm y tubos de torpedos gemelos, lo que le proporciona una amplia gama de capacidades de combate.
La importancia de los nuevos misiles en el contexto actual
La decisión de equipar los buques de guerra de la Royal Navy con los misiles NSM es una respuesta directa a los ataques con misiles y drones cada vez más sofisticados en Oriente Medio. Estos ataques han destacado la importancia de contar con sistemas de misiles antibuque más modernos y con capacidad de ataque terrestre, lo que permite una mayor protección naval y una respuesta más efectiva a los enemigos.
La Royal Navy no solo está actualizando sus fragatas Tipo 23 con el NSM, sino que también está reemplazando los misiles tierra-aire Sea Wolf en todas las fragatas Tipo 23 por el sistema Sea Ceptor, lo que demuestra su compromiso con la modernización y la capacidad de respuesta ante amenazas actuales y futuras.
El NSM puede permanecer en servicio junto con futuros sistemas de misiles que se elijan para reemplazarlo, lo que brinda flexibilidad y adaptabilidad a la Royal Navy en sus operaciones futuras.
El futuro de la Royal Navy
El HMS Voltereta es solo el comienzo de la modernización de la Royal Navy. La armada británica planea retirar todas sus fragatas Tipo 23 para 2035 y reemplazarlas con los nuevos tipos Tipo 26 y Tipo 31, que contarán con tecnología de vanguardia y capacidades mejoradas.
Este proceso de modernización es esencial para mantener a la Royal Navy como una de las principales fuerzas navales del mundo y garantizar la seguridad marítima del Reino Unido y sus aliados.
La incorporación de los misiles de crucero antibuque NSM a bordo de los buques de guerra de la Royal Navy marca un hito importante en la modernización de sus capacidades de defensa. Estos nuevos misiles ofrecen una mayor precisión, alcance y resistencia a las interferencias, mejorando la capacidad de respuesta de la Royal Navy en el escenario actual de amenazas emergentes.
La actualización de los misiles Harpoon a los NSM no solo fortalece la capacidad de defensa naval del Reino Unido, sino que también demuestra su compromiso de mantenerse a la vanguardia en términos de tecnología militar y seguridad marítima.