Soldados rusos arriesgan su seguridad al construir sus propios morteros ante un motivo desconocido.
En el caos de un conflicto bélico, los soldados suelen recurrir a la improvisación para obtener las herramientas necesarias para la batalla. Tal es el caso de los soldados rusos en Ucrania, quienes han construido sus propios morteros caseros. Estos artilugios, formados por simples tubos metálicos con asas soldadas a una base, presentan numerosos riesgos tanto para los operadores como para aquellos a su alrededor. ¿Por qué se arriesgan los soldados a utilizar estos morteros, y cuáles son las implicaciones de su uso?
El origen y la motivación detrás de esta práctica no están claros, pero lo que sí es evidente es que estos morteros caseros son inseguros y poco precisos. Los posibles defectos en el tubo, resultado de utilizar materiales de construcción improvisados, podrían comprometer la estabilidad y la seguridad del arma. Esto no solo pone en peligro al operador, sino también a los civiles y las tropas amigas cercanas al área de combate.
El mortero ruso típico dispara bombas de 82 milímetros, pero es posible que los soldados hayan optado por construir morteros caseros más portátiles, conocidos como «morteros de comando». Estos morteros, utilizados en la Segunda Guerra Mundial por el Ejército Soviético, son más ligeros y maniobrables, lo que los hace ideales para el combate a corta distancia.
En el ejército ruso, los morteros de infantería más pequeños pertenecen al cuerpo de artillería y su función principal es apoyar los asaltos de la infantería. Sin embargo, en situaciones de batalla cuerpo a cuerpo, donde el caos y la falta de espacio dificultan el uso de armamento pesado, un mortero más pequeño y portátil podría resultar útil.
El proceso de improvisar morteros caseros conlleva riesgos considerables. Al utilizar materiales deficientes, los tubos pueden acabar sucios, deformados o frágiles, comprometiendo la precisión y la eficacia del arma. Además, la falta de entrenamiento oficial en el uso de estos artefactos improvisados puede aumentar aún más el peligro.
Para obtener una perspectiva más amplia, hemos contactado a expertos en armamento y seguridad. El general retirado, experto en armas de fuego, Peter Smith, advierte sobre los peligros de utilizar armas improvisadas en situaciones de combate. Afirma:
«Los defectos en los tubos pueden no ser evidentes a simple vista, lo que aumenta el riesgo de fallas catastróficas. Además, la falta de entrenamiento adecuado y la imprecisión inherente de estos morteros caseros aumentan aún más el peligro para los soldados que los utilizan».
La construcción de morteros caseros por parte de los soldados rusos en Ucrania es una muestra de su adaptación al entorno caótico de la guerra y la lucha constante por obtener una ventaja táctica. No obstante, la utilización de estas armas improvisadas no solo pone en peligro a los soldados rusos, sino también a civiles inocentes y a las tropas enemigas.
Los soldados rusos en Ucrania han fabricado improvisados morteros caseros, cuyo origen y motivación aún se desconocen. Estas armas improvisadas, formadas por simples tubos metálicos, son imprecisas y peligrosas para el operador y su entorno. Si bien es posible que los soldados rusos buscasen morteros más portátiles, la improvisación con materiales de construcción puede resultar en tubos sucios, deformados y frágiles. Ante los riesgos y la falta de entrenamiento adecuado, es evidente la necesidad de que los soldados tengan acceso a armamento seguro y confiable, que les permita cumplir su misión sin comprometer su seguridad ni la de otros actores involucrados en el conflicto.