La Armada rusa anuncia la incorporación de 10 buques de la clase Almirante Gorshkov armados con Tsirkon.

La Armada rusa ha dado un paso contundente en su estrategia naval al anunciar la construcción de 10 fragatas del Proyecto 22350, conocidas como la clase Almirante Gorshkov, equipadas con los temidos misiles hipersónicos Tsirkon. El presidente Vladimir Putin visitó recientemente la fragata Almirante Kasatonov durante una visita al norte de Rusia, evidenciando el interés y la importancia que el país le da a esta modernización naval. La inclusión de estos buques en la flota rusa representa una amenaza para los barcos de la OTAN y sus aliados, debido a la dificultad que supone interceptar los misiles Tsirkon. Esta nueva flota de fragatas representa un avance tecnológico y militar para Rusia, así como un desafío para las demás potencias navales en un contexto geopolítico cada vez más tenso y competitivo.

Rusia duplica su apuesta por las fragatas con misiles hipersónicos Tsirkon

El comandante de la Armada rusa, el almirante Nikolay Yevmenov, anunció con orgullo que la serie de fragatas del Proyecto 22350 estará compuesta por 10 buques que llevarán misiles Tsirkon, un sistema hipersónico que ha demostrado ser difícil de interceptar y que representa una clara amenaza para los barcos de la OTAN y los países aliados. Estas fragatas, consideradas una joya de la corona en la renovación de la flota rusa, están equipadas con el sistema de misiles 3K22 del sistema 3M22 Tsirkon, diseñado para atacar objetivos en tierra y en el mar de manera rápida y eficiente.

El proceso de modernización de la fragata Almirante Kasatonov para permitir el lanzamiento de los misiles Tsirkon fue llevado a cabo por el comandante del destacamento, Aleksey Ryaboshtan, quien informó que esta actualización se completó en noviembre. En este momento, la fragata cuenta con cuatro misiles de combate cargados en el lanzador vertical UKSK, listos para ser disparados.

Mientras tanto, el tercer buque de la clase, el Almirante Golovko, ha regresado al astillero para su última revisión después de completar exitosamente las pruebas estatales. Este buque es especialmente importante, ya que es la primera fragata de la clase Gorshkov que lleva un sistema de propulsión íntegramente fabricado en Rusia, lo que demuestra el avance tecnológico y la capacidad de producción del país.

A pesar de los avances en la construcción de estas fragatas, el ritmo ha sido lento debido a problemas técnicos durante la construcción y a la interrupción del suministro de componentes de propulsión después de la anexión de Crimea en 2014. Sin embargo, actualmente hay tres fragatas del Proyecto 22350 en construcción en el Astillero del Norte en San Petersburgo. Además, el Astillero Amurskiy en Komsomolsk del Amur ha obtenido una licencia para construir estas fragatas, lo que ayudará a diversificar y acelerar la producción.

En cuanto al futuro de estas fragatas, se espera que el Astillero Amurskiy finalice un contrato pendiente para las dos últimas unidades de la clase Gorshkov. No obstante, aún no se ha contratado ningún buque del Proyecto 22350M, una fragata de mayor desplazamiento y potencia de fuego. Queda por ver si esta nueva clase se iniciará en el futuro, pero el compromiso de Rusia con su estrategia naval es innegable.

Imagen de las fragatas del Proyecto 22350

Este nuevo impulso en la construcción de fragatas equipadas con misiles Tsirkon representa una muestra clara del avance tecnológico y militar de Rusia en el campo naval. Las capacidades de estos misiles hipersónicos, considerados difíciles de interceptar, suponen un desafío para las potencias navales occidentales y un cambio en el equilibrio de poder en los mares. La visita del presidente Putin a la fragata Almirante Kasatonov muestra el interés y la importancia de esta nueva flota para Rusia.

El fortalecimiento de la flota rusa con estas fragatas representa un desafío para la OTAN y sus aliados. La Armada rusa busca mantenerse a la vanguardia tecnológica y militar, y estas fragatas son un claro reflejo de ese compromiso. La incorporación de 10 buques de la clase Almirante Gorshkov armados con misiles Tsirkon marca un hito en la historia naval de Rusia y establece un nuevo estándar de poderío militar en los océanos.