La Armada Española, consciente de los desafíos que presenta la evolución de la seguridad marítima, busca aumentar y modernizar su flota naval. A pesar de las recomendaciones parlamentarias y las expectativas generadas por la Ley de Programación Militar [LPM] 2024-30, el cambio no parece estar en los planes a corto plazo. Sin embargo, la Marina española no pierde la esperanza y tiene grandes anhelos para su futuro.
La Armada Española anhela una flota modernizada y más poderosa para enfrentar los desafíos marítimos
La Marina Militare italiana ha presentado sus ambiciosos planes para aumentar significativamente su poder marítimo, con la posibilidad de disponer de diecinueve fragatas, dos ‘destructores’, siete patrulleros marinos polivalentes, ocho corbetas, entre otros. Mientras tanto, la Armada Española se centra en la modernización de sus fragatas F-100, la adquisición de su nuevo submarino S-80 y la construcción de las fragatas tipo F-110. Aunque estos esfuerzos son loables, la realidad indica que se requiere un mayor impulso financiero para cumplir plenamente con los deseos de la Armada Española.
La renovación de la flota de buques auxiliares es una de las necesidades más urgentes de la Armada Española, para la cual se requiere una dotación de 400 millones de euros en los próximos años. Sin embargo, esto dependerá de la voluntad política de Madrid para aumentar efectivamente su gasto militar al 2% del PIB para 2028/29, lo cual permitiría a la Armada Española ir más allá de la mera renovación de sus capacidades existentes.
El alto mando de la Armada Española, encabezado por el almirante Ricardo Hernández, ha expresado su deseo de adquirir una o dos fragatas F-110 adicionales, un quinto o sexto submarino S-80 y uno o dos buques de asalto anfibio más. Sin embargo, la falta de recursos financieros y apoyo político podrían dificultar la realización de estos anhelos.
Para cumplir con sus ambiciones y aumentar su flota naval, la Armada Española necesitará reclutar más personal en los próximos años. Sin embargo, esto representa otro desafío, ya que se necesita establecer una estrategia adecuada y contar con los recursos necesarios para atraer y mantener a nuevos reclutas.
Si los deseos de la Armada Española se hacen realidad, el país podría contar con una flota compuesta por doce fragatas de primer nivel y seis submarinos S-80, lo que representaría un gran avance en términos de capacidad marítima y seguridad.
En cuanto a la aviación naval española, aún no se ha abordado la necesaria sustitución de los aviones de combate EAV-8B+ Matador II. Sin embargo, esta es una cuestión importante que requerirá una decisión y asignación de recursos en el futuro cercano.