El arma anti-drones desarrollada por NPO Kaysant neutraliza hasta el 90% de los aviones no tripulados

Rusia intercepta miles de drones ucranianos mensualmente gracias a la tecnología antidrones de Kaysant

En medio del conflicto fronterizo entre Ucrania y Rusia, la Asociación de Ciencia y Producción conocida como NPO Kaysant ha desarrollado un arma anti-drones revolucionaria que puede neutralizar hasta el 90% de los aviones no tripulados utilizados por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Esta pistola anti-drones, que opera en siete rangos de frecuencia, promete ser un factor determinante en la guerra moderna.

La creación de NPO Kaysant ha sorprendido por su eficacia y versatilidad. Esta arma es capaz de inutilizar una amplia gama de drones comerciales, dispositivos tipo avión y vista en primera persona. Con un peso de 5,5 kg y un alcance máximo de supresión de 1,5 km, la pistola anti-drones tiene un tiempo operativo de hasta 1,5 horas, lo que la convierte en una herramienta valiosa para las operaciones militares.

Además de la pistola anti-drones, NPO Kaysant ha desarrollado una estación móvil para guerra electrónica llamada Argus-Antifuria. Esta estación tiene como objetivo inhibir el funcionamiento de vehículos aéreos no tripulados, proporcionando una ventaja táctica para quienes la utilizan.

El proyecto Drone Army, llevado a cabo en Ucrania, ha adquirido drones tanto de producción local como extranjera para utilizarlos en combate militar activo contra las tropas rusas. Sin embargo, Rusia ha implementado la tecnología antidrones de Kaysant con éxito, interceptando un número sustancial de sistemas aéreos no tripulados ucranianos. Según un informe británico, Rusia ha interceptado alrededor de 10.000 drones ucranianos al mes.

La guerra electrónica desempeña un papel esencial en la estrategia de Rusia para negar el uso de drones en Ucrania. Para ello, Rusia ha desplegado unidades de guerra electrónica estratégicamente ubicadas a lo largo de la frontera de conflicto, con el objetivo de incapacitar drones ucranianos. Los sistemas rusos, como la estación de interferencia Shipovnik AERO, representan un desafío considerable para los drones ucranianos.

Según especialistas en el conflicto, estas innovaciones tecnológicas están cambiando las reglas del juego en la guerra moderna. Los avances en la guerra electrónica permiten a las partes en conflicto neutralizar las capacidades de vigilancia y ataque de los drones enemigos.

En medio de esta batalla tecnológica, los soldados ucranianos y rusos se enfrentan en un campo de batalla cada vez más dominado por la inteligencia artificial y la tecnología de vanguardia. A pesar de ello, el factor humano sigue siendo fundamental en el enfrentamiento. Soldados de ambos bandos arriesgan sus vidas y se enfrentan a una realidad brutal y caótica.

En palabras de un soldado ucraniano, «los drones pueden ser una pesadilla, pero nuestra voluntad de defender nuestra tierra es más fuerte. No importa cuántas armas anti-drones haya, seguiremos luchando». Esta lucha se extiende más allá de la tecnología y se adentra en la resiliencia y el espíritu de supervivencia de los combatientes.

La guerra de los drones en Ucrania ha tomado un giro inesperado con el desarrollo del arma anti-drones de NPO Kaysant. Rusia ha logrado interceptar y neutralizar miles de drones ucranianos mensualmente gracias a esta tecnología. Sin embargo, la determinación y coraje de los soldados ucranianos siguen siendo una fuerza poderosa en este conflicto. La guerra electrónica y la tecnología de vanguardia se enfrentan al valor humano en un enfrentamiento que ha alterado los paradigmas de la guerra moderna.