En una intensa noche de ataques, los aviones de combate israelíes bombardearon 150 «objetivos subterráneos» en el norte de Gaza. Este ataque se produce tres semanas después del ataque más mortífero en la historia de Israel. Los sitios atacados incluyeron túneles terroristas, espacios de combate subterráneos e infraestructura subterránea adicional.
En estos ataques, varios terroristas de Hamas fueron asesinados, incluyendo al jefe de ataques aéreos de la organización, Asem Abu Rakaba. Abu Rakaba jugó un papel clave en los ataques del 7 de octubre que desencadenaron la guerra actual. Este líder de Hamas supervisó los drones, los parapentes, la detección aérea y la defensa aérea de la organización.
Los bombardeos y ataques aéreos continuaron en los días siguientes, aunque fueron menos intensos que durante la noche. Israel afirma que en el ataque transfronterizo murieron 1.400 personas, en su mayoría civiles. Sin embargo, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza sostiene que más de 7.300 personas, en su mayoría civiles, han muerto en las incursiones de Israel desde entonces.
Este último ataque se dirigió específicamente a los objetivos subterráneos, que se consideran cruciales para las operaciones de Hamas. Abu Rakaba, además de dirigir a los terroristas que se infiltraron en Israel en parapentes, también fue responsable de los ataques con aviones no tripulados contra las Fuerzas de Defensa de Israel.
Para comprender mejor la situación actual, es importante tener en cuenta el contexto histórico y político de la región. La Franja de Gaza ha sido durante mucho tiempo un punto conflictivo entre Israel y Hamas. La organización, considerada terrorista por Israel y otros países, ha llevado a cabo una serie de ataques contra el Estado judío a lo largo de los años.
El conflicto actual se intensificó después del ataque del 7 de octubre, cuando terroristas de Hamas se infiltraron en Israel en parapentes y atacaron a las Fuerzas de Defensa de Israel. Esto desencadenó una amplia respuesta militar por parte de Israel, que ha incluido bombardeos aéreos y terrestres en la Franja de Gaza.
Esta guerra ha dejado un alto número de víctimas, especialmente entre la población civil. Aunque Israel sostiene que apunta a objetivos militares, muchas de las instalaciones de Hamas están ubicadas en áreas densamente pobladas, lo que ha llevado a un gran número de víctimas civiles.
Las consecuencias del ataque
El ataque a los objetivos subterráneos de Hamas busca debilitar la capacidad de la organización para llevar a cabo futuros ataques. Estos túneles y espacios subterráneos son utilizados por Hamas para esconderse, almacenar armas y planificar sus operaciones.
La muerte de Abu Rakaba, el jefe de ataques aéreos de Hamas, es un golpe significativo para la organización. Su conocimiento y experiencia en el uso de drones y otros recursos aéreos eran vitales para las operaciones de Hamas contra Israel. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos ataques no han acabado con la amenaza de Hamas y la situación en la Franja de Gaza continúa siendo volátil.
El conflicto entre Israel y Hamas ha generado una gran preocupación a nivel internacional, con llamados a un alto el fuego y a la intervención de la comunidad internacional para poner fin a la violencia. Sin embargo, hasta el momento no se ha logrado una solución duradera y se espera que continúen los enfrentamientos.
Los aviones de combate israelíes han llevado a cabo un intenso ataque a objetivos subterráneos en la Franja de Gaza. Este es un paso más en el conflicto entre Israel y Hamas, que ha dejado una gran cantidad de víctimas civiles. Aunque estos ataques buscan debilitar a Hamas, la organización terrorista continúa representando una amenaza para la estabilidad de la región. La comunidad internacional sigue instando a un cese de las hostilidades y a la búsqueda de una solución pacífica para este conflicto prolongado.